No hay ámbito en el que exista mayor consenso sobre la necesidad de invertir en investigación e innovación que en el sector sanitario. Todas las dudas que, por desconocimiento, pueden llevar a un futuro lleno de innovaciones tecnológicas se desvanecen en un hospital bien equipado con dispositivos de última generación. Probablemente porque la falta de salud nos roba nuestro bien más preciado: la vida.
Un 51% de los desarrollos en deep tech se centran en dar respuesta al 3er Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU: Salud y bienestar. Las inversiones en investigación, tecnología e innovación son cruciales para desarrollar soluciones inteligentes, escalables y sostenibles con el fin de superar los retos mundiales en materia de salud, cambio demográfico y bienestar. Esto requiere una fuerte colaboración de los profesionales de la salud, los innovadores tecnológicos, los científicos y los gobiernos.
El uso de tecnologías profundas convierte el diagnóstico médico, el tratamiento o la rehabilitación, así como la fabricación de dispositivos médicos, en un proceso mucho más eficiente.
El uso de tecnologías fotónicas como el láser, la tecnología de impresión 3D, la tecnología LED o los sensores de imagen avanzados, y otras deep tech como la Inteligencia artificial, la Robótica que asiste a los cirujanos en el quirófano, la Bio y Nanotecnología o el Blockchain, convierten el diagnóstico médico, el tratamiento o la rehabilitación, así como la fabricación de dispositivos médicos, en un proceso mucho más eficiente. Otros ejemplos de cómo las deep tech están revolucionando el sector sanitario son la asistencia médica a distancia a través del IoT, los wearables que permiten una monitorización constante, los sensores que generan datos conductuales, clínicos, ambientales, farmacéuticos o biológicos.
Proyectos que son una realidad: conoce nuestros casos de éxito
La pandemia ha acelerado el proceso de innovación tecnológica en el sector sanitario a nivel mundial.
Desde el brote de Covid-19, las aplicaciones e iniciativas tecnológicas se han multiplicado en un intento de controlar la situación, tratar a los pacientes de forma eficaz y aliviar los esfuerzos del sobrecargado personal sanitario, a la espera de una vacuna eficaz disponible para toda la población.