Los robots están transformando prácticamente cualquier sector de la actividad humana y su implementación no va a dejar de crecer. Se prevé que el mercado de los robots colaborativos alcance en 2025 el 175% de su nivel actual.
La robótica es la disciplina de diseño, construcción, programación y uso de máquinas para realizar tareas de forma automatizada. Los robots son ampliamente utilizados en la fabricación de automóviles y especialmente en aquellas industrias donde la realización de algún trabajo pueda ser peligroso para el ser humano, como puede ser la manipulación de material radioactivo en plantas nucleares o en aplicaciones militares. También es común la utilización de robots para tareas de difícil acceso, como puede suponer la inspección y el mantenimiento de tuberías de petróleo, gas o aceite en plantas oceánicas o la recuperación de las cajas negras de los aviones en catástrofes aéreas.
Y es que la robótica más reciente está orientada hacia la autosuficiencia. Los robots, artificialmente inteligentes, están equipados con el equivalente de los sentidos humanos, como la visión y el tacto que permiten, por un lado, la movilidad en un entorno no estructurado y, por otro, la convivencia con los humanos en el hogar o en la fábrica, lo que se ha denominado como robótica colaborativa o «cobots».
Desde secpho ya hemos impulsado una docena proyectos donde la robótica y los drones constituyen el elemento central de la tecnología. Soluciones para el transporte aéreo de materiales en la industria de la automoción (AUTODRON), el desarrollo de sistemas que permiten la instalación y el mantenimiento en remoto de equipos industriales (HERMES), la monitorización de incidencias en almacenes logísticos vía navegación aérea (DRONSTORE) o la sensorización para la robótica industrial (SECLUREFA); forman parte del catálogo de soluciones que se ha aplicado con éxito en sectores de la automoción, logística y equipos de robótica.
Proyectos que son una realidad: conoce nuestros casos de éxito
Los drones están sirviendo de catalizadores de innovación en numerosos campos científicos e industriales. Por ello el sector estima que en 2035 se necesitarán 400.000 aeronaves de uso profesional en Europa.
Atención especial merecen los drones, vehículos aéreos no tripulados y dirigidos remotamente, capaces de realizar inspecciones, fumigar campos de cultivo o trazar mapas de territorios de forma semiautónoma. Se está trabajando intensamente en la miniaturización de sensores embarcados que reduzca el peso de la carga del dron sin que pierda prestaciones, así como en cámaras avanzadas estables y configurables a las necesidades de cada vuelo, ya que todos los datos apuntan a un crecimiento explosivo a medio plazo de sus múltiples aplicaciones.
Los drones están sirviendo de catalizadores de innovación en numerosos campos científicos e industriales, ofreciendo nuevos servicios y extendiendo sus posibilidades de operación a sectores productivos tan dispares como agricultura, construcción y minería, movilidad, seguridad y salvamento, paquetería, energía, telecomunicaciones o sector inmobiliario