La nueva línea de luz permite detectar, cuantificar y ver la distribución espacial de las moléculas
Esta semana se ha inaugurado MIRAS, la octava línea de luz del sincrotrón ALBA, dedicada en este caso a la microespectroscopia de infrarrojo. Investigadores del Instituto de Química Avanzada de Cataluña la han comenzado a utilizar para analizar la distribución de los lípidos en la piel, un estudio con aplicación potencial en dermatología y cosmética.
Del 12 al 16 de octubre de 2016, el sincrotrón ALBA –situado cerca de Barcelona– ha acogido los primeros usuarios oficiales en su octava línea de luz: MIRAS. Dedicada a la microespectroscopia de infrarrojo, este nuevo laboratorio de luz está disponible a la comunidad científica para realizar experimentos en ámbitos como la ciencia de materiales, la biología y biomedicina, la geología, el patrimonio cultural o el medio ambiente, entre otros.
Esta nueva herramienta permite detectar y cuantificar las moléculas así como su distribución espacial. Según sus promotores, es clave para definir la composición química de los materiales a nivel molecular.
MIRAS es la primera línea de luz del sincrotrón ALBA que se ha puesto en marcha tras la inauguración del centro con siete líneas iniciales. Empezó su construcción en 2014 y, tras la instalación de sus componentes en el túnel de acelerador y en la línea de luz, comenzó a realizar los primeros ensayos de prueba a mediados de 2016.
Un mapa químico de la piel
Durante 120 horas, un grupo de investigadores del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC) serán los primeros en utilizar MIRAS para realizar un experimento que analiza cómo se integran en las diferentes capas de la piel distintos sistemas lipídicos que han generado los investigadores.
Para ello, el fino haz de luz de infrarrojo se focalizará sobre las muestras de piel. De la interacción luz-piel, se obtendrán espectros e imágenes de la distribución espacial de los distintos compuestos. Gracias a la gran resolución y brillantez de la luz de sincrotrón, podrán definir la localización de estos sistemas lipídicos dentro de la piel, generando un mapa químico de la muestra, donde se podrá observar el nivel de penetración de estos sistemas.
Conocer la localización y alcance de estos sistemas lipídicos en el tejido cutáneo permitirá transportar principios activos (de tipo farmacológico o cosmético) hasta las distintas capas de la piel donde deben realizar su actividad. Los resultados de este estudio contribuirán en la mejora del tratamiento de disfunciones cutáneas, pudiendo ser aplicados en el campo de la dermatología y de la cosmética.