La empresa española ASE Optics Europe ha sido contratada por el Instituto de Astrofísica de Canarias, IAC para diseñar y fabricar el objetivo de la cámara infrarroja DRAGO-2, que ha sido puesta en órbita este 3 de enero para realizar estudios medioambientales. El nuevo objetivo proporciona un salto cualitativo en la resolución de la cámara, respetando con las restricciones de peso y tamaño.
“Pasamos de 300 metros por cada píxel a 50 metros”, explica Alfonso Ynigo, ingeniero de sistemas en IACTEC-Espacio. Para conseguir estas mejoras en la óptica, el equipo de ingenieros ópticos de ASE Optics hizo un estudio de las características de la cámara DRAGO-2, y tras evaluar distintas configuraciones, seleccionó el diseño óptico que mejor se adaptaba a los objetivos marcados.
Otro reto era el peso y tamaño: en los instrumentos embarcados para satélites y microsatélites, cada gramo cuenta. “En todo momento éramos conscientes de que debíamos encontrar el balance perfecto entre calidad óptica y restricciones de tamaño y peso” declara Marta de la Fuente, fundadora y directora técnica de ASE Optics. Y añade, “decidimos apostar por un diseño óptico que permite que el sistema se atermalice ópticamente para evitar añadir elementos mecánicos y así aligerar su peso.” Tanto el diseño como la fabricación de este objetivo se llevó a cabo en estrecha coordinación con los ingenieros mecánicos y de sistemas de IACTEC-Espacio, para la integración completa del objetivo en la cámara.
Finalmente, DRAGO-2 se integró en el portador de satélites ION-SCV 007 Glorious Gratia de la empresa italiana D-Orbit, y ya está orbitando la Tierra desde el 3 de enero, cuando se lanzó a bordo de un cohete Falcon 9 de Space X. Mediante la toma de imágenes en dos bandas del rango infrarrojo de onda corta (SWIR), 1.1 y 1.6 µm, la nueva cámara monitoriza la Tierra desde el espacio para caracterizar fenómenos derivados del cambio climático, incendios forestales o actividad volcánica.