El transporte público de cercanías (urbano) y entre ciudades tiene una innegable creciente importancia en la estructura social de la Europa de hoy, pues, entre otras cosas, la contaminación en las ciudades se pretende reducir aumentando el uso de este tipo de transporte, así como limitando el uso de vehículos privados en el centro. Ante la escasez de recursos energéticos debido a los últimos eventos (Pandemia SARS2 Covid19, Guerra de Ucrania, inflación, precios de la energía al alza…), el uso del transporte público en ciudades se ha vuelto más necesario que nunca.

Sin embargo, el uso de los medios de transporte público masivos plantea un problema muy grave ante el caso de la transmisión de enfermedades por vía respiratoria, como el SARS 2 Covid-19, la viruela, o la gripe común. Los espacios cerrados con alta afluencia de público, donde el aire no es debidamente renovado, son el lugar de mayor transmisión de este tipo de enfermedades.

Esto se debe a que los sistemas de aire acondicionado ferroviarios usados actualmente no fueron diseñados para tratar estos problemas, y el aire acondicionado del transporte público no se intercambia prácticamente con el exterior. El caso de los trenes alta y media velocidad es aún más complejo. En este tipo de tren, debido a las velocidades que se alcanzan, el ferrocarril va herméticamente cerrado; como si se tratara de una aeronave. Por esto mismo, se puede afirmar que la tecnología actual empleada para el diseño de los sistemas de climatización ha quedado completamente obsoleta.

Además, en España, y en otros países de Europa, se están aprobando nuevas legislaciones en relación con la calidad del aire, y es por ello por lo que los players del sector de transporte necesitan mejorar sus sistemas de aire acondicionado para cumplir estas nuevas normativas. Hay iniciativas similares en Estados Unidos, Canadá y Asia.

Aparte del uso de la mascarilla, se habla también del uso de la luz ultravioleta y de la oxidación por medios fotocatalíticos como métodos de mitigación, e incluso se ha citado el uso de plasma generado por Ionizadores, como otra posible técnica de mitigación para esterilizar el aire en el sistema de climatización (HVAC).

En el fondo, aquí subsiste una cuestión evidente. Hay dos formas básicas de mitigar la posibilidad de infección en el transporte por ferrocarril. Una es el intercambo de aire del exterior, bajando los niveles de dióxido de carbono a niveles por debajo de 800 partes por millón. Como esto es prácticamente imposible de obtener, la otra forma de mitigar la probabilidad de infección es esterilizar el aire. Es decir, si no podemos disminuir la proporción de aerosoles en suspensión en el aire debido a la falta de recirculación lo, que podemos hacer es esterilizar esos aerosoles de forma que al volver a respirarlos esto no suponga una transmisión de enfermedades entre seres vivos.

En este contexto, el proyecto TRAIN SCS (Safe Climatization System) desarrolla un nuevo producto que permitirá no solo la esterilización de virus y bacterias, si no también la monitorización de la calidad del aire para vehículos de viajeros y para ferrocarriles mediante el uso de la irradiación ultravioleta C (254 nm) dentro del conducto de climatización de los trenes.

El sistema incluye además sondas con sensores para la monitorización del proceso en tiempo real, proporcionando plena trazabilidad al proceso y al mantenimiento del sistema. Mediante algoritmos se generan índices compuestos que informan sobre la calidad del aire (IAQ) y la probabilidad de infección (IPR), con los valores de concentración de los gases procedentes de sensores en las unidades de pasajeros.