ECO-PILOT
Baterías de Litio de Segunda Vida para una transición energética sostenible.
Hay dos necesidades que impulsan el mercado de las baterías para almacenamiento de energía en España: la necesidad de abaratar la factura de la luz por parte de viviendas y la transición energética a nivel del Estado hacia energías limpias. En ambas, las baterías de litio son la tecnología preferida, con casi un único inconveniente, el precio, que es todavía relativamente elevado con respecto a otros sistemas de almacenamiento. Las baterías de Litio de Segunda Vida, gracias a su menor coste, pueden resolver este problema.
En este contexto, surge el proyecto ECO-PILOT, liderado el Nanophotonics Technology Center (NTC) de la UPV y las empresas Moldmec y Capital Energy, que plantea dar una segunda vida a las baterías de litio que se utilizan hoy en día en teléfonos, ordenadores portátiles o vehículos eléctricos.
La iniciativa, coordinada por secpho, ha recibido financiación del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y de la Unión Europea-Next Generation EU, dentro del programa de apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras, cuyo objetivo es digitalizar la industria.
Las baterías de Segunda Vida serán la llave maestra del nuevo sistema energético: sin almacenamiento de energía, la transición energética es muy difícil.
En el entorno de la transición energética, el proceso que se está llevando actualmente en España hacia fuentes de energía limpias, va a implicar grandes inversiones en soluciones de almacenamiento. De hecho, España está comprometida con la transición energética hacia un modelo descarbonizado en el que las fuentes de energía sean cada vez más renovables, hasta llegar a suponer un 74% en 2030, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030. Es por ello que se prevé una sustitución progresiva de las centrales nucleares y de carbón por plantas eólicas y energías fotovoltaicas.
No obstante, por su propia naturaleza, estas fuentes de energía limpias dependen de las condiciones climatológicas, y por ello su producción no puede aumentarse o reducirse a voluntad en función de la demanda. Es decir, si se quieren cubrir las necesidades de suministro con este tipo de fuentes, será necesario dotar al sistema de capacidad de almacenamiento, que permita acumular los excedentes y utilizarlos cuando sea necesario. Esta será la llave maestra del nuevo sistema energético, ya que sin almacenamiento de energía la transición energética es francamente difícil. En este contexto, las baterías de Litio son una de las tecnologías preferidas para dar solución a esta necesidad, ya que se trata de una tecnología madura y libre de emisiones.
Paralelamente, se da además la circunstancia de que, con la transición hacia soluciones de energía renovable, Europa avanza hacia un modelo de movilidad también descarbonizado, de la mano de los vehículos eléctricos. Esto implica que el parque de baterías usadas va a crecer, y que las baterías de Segunda Vida no solo van a contar con un inmenso inventario de baterías usadas, sino que, además, son una solución al potencial problema de residuos que esto supone, ofreciendo una solución sostenible basada en la economía circular.
ECO-PILOT investiga, desarrolla y valida la forma de separar módulos usados de baterías de Litio de manera totalmente automatizada.
Por lo tanto, las baterías de Segunda Vida irrumpen como una gran oportunidad, ya que por un lado tienen el potencial de ser sensiblemente más baratas, y por otro van a estar disponibles en gran volumen, provenientes del sector de la movilidad eléctrica.
En este contexto se ha desarrollado el proyecto ECO-PILOT, cuyo objetivo ha sido investigar, desarrollar y validar la forma de separar módulos usados de baterías de Litio, descomponerlos en sus celdas individuales y testear dichas celdas eléctricamente de una forma totalmente automatizada, de manera que queden preparadas para su posterior utilización en la fabricación de baterías estacionarias de Segunda Vida. Además se ha diseñado una línea piloto experimental que incluye todos los pasos de proceso necesarios y se ha evaluado la viabilidad económica de dicha línea de cara a su implementación a escala industrial.
La iniciativa ha sido liderada por el Nanophotonics Technology Center (NCT) de la UPV y las empresas Moldmec y Capital Energy en colaboración con Secpho, quien ha coordinado y promocionado el proyecto.