Según la Comisión Europea, es necesaria una transición hacia un uso óptimo y renovable de los recursos biológicos y hacia sistemas sostenibles de producción y transformación primaria, reduciendo el impacto ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La agricultura inteligente permitirá utilizar la cantidad mínima y necesaria de agua, fertilizantes y pesticidas, centrándose en zonas predeterminadas. Será posible cultivar en zonas áridas, aprovechando recursos abundantes y limpios como el sol y el agua de mar. Otras innovaciones -como la impresión de alimentos en 3D, la carne cultivada, la modificación genética y la agricultura con agua de mar- son aún incipientes, pero podrían cambiar las reglas del juego en la próxima década. Se está produciendo un cambio hacia la agricultura urbana y de alta tecnología, sobre todo gracias a los avances tecnológicos, como la Inteligencia artificial (IA), el Big Data, los sensores de temperatura y humedad o los Robots y Drones. Estas sofisticadas tecnologías profundas pueden ayudar a la agricultura inteligente a mejorar los procesos agrícolas, el rendimiento de los cultivos y la calidad nutricional.
Proyectos que son una realidad: conoce nuestros casos de éxito
La pérdida y la degradación de los bosques debido a la deforestación y al aumento de la presión climática suponen una enorme amenaza para nuestro bienestar global. Las deep tech pueden ayudar a afrontar estos retos de sostenibilidad.
Los bosques cubren aproximadamente un tercio de la superficie del planeta y constituyen la base del bienestar y la vida en el mundo. Los bosques sanos y gestionados de forma sostenible actúan como sumideros de carbono, siendo esenciales para la mitigación del cambio climático. Sin embargo, la pérdida y la degradación de los bosques debido a la deforestación y al aumento de la presión climática suponen enormes amenazas. Las deep tech pueden ayudar a afrontar estos retos de sostenibilidad, con la incorporación al ámbito forestal de IA para predecir desastres naturales como los terremotos, hasta la teledetección con drones, que ofrece una amplia gama de aplicaciones como la vigilancia de los bosques, la cartografía de los huecos de las copas de los árboles, la medición de la altura del dosel forestal, el seguimiento de los incendios forestales y el apoyo a la gestión forestal intensiva.
Las tecnologías oceánicas abarcan desde los vehículos autónomos, los satélites y los sónares, hasta la Robótica para la cartografía y la exploración.
Los océanos y mares, que cubren más de dos tercios de la superficie de la Tierra, son responsables de la producción de más del 70% del oxígeno del mundo, controlan el clima absorbiendo el calor, regulan las lluvias y las sequías y absorben el CO2. Constituyen una importante fuente de alimentos (pesca) y de empleo (sectores pesquero y naval).